viernes, 21 de noviembre de 2008

LA TARTAMUDEZ Y LA NEUROPLASTICIDAD

Sé que puede sonar a tópico, pero insisto. La tartamudez es esquiva, engañosa, decepcionante, agresiva, hipócrita y sobre todo paradójica. Una de las paradojas es su capacidad para simular situaciones. Por ejemplo, puede llegar a simular su propia desaparición. Es tan mentirosa, engañosa y chapucera que puede fingir hasta su propia muerte, para resucitar cuando quiere.

Muchos tratamientos pueden lograr que la tartamudez mejore o que no se llegue a notar. El que existan mejorías en el discurso, aunque a veces sean temporales, o que el interlocutor no note los momentos de tartamudez, no quiere decir que la tartamudez esté curada. Los tartamudos pasamos a lo largo de la vida por diferentes fases, conviviendo con nuestra tartamudez y, aunque logremos una supuesta fluidez externa, sabemos de los momentos de esfuerzo, silencios, parones, circunloquios, evitaciones y un largo etc., que nuestro cerebro ha aprendido para evitar aquello que llamamos tartamudez.

Estos cambios (a mejor) que experimenta un tartamudo, sobre todo después de una terapia foniátrica o psicológica, es debido a una característica de nuestro cerebro, llamada neuroplasticidad. El cerebro humano tiene más de 100.000 millones de neuronas y cada una de ellas es capaz de establecer entre 1000 y 10.000 sinapsis (conexiones con otras neuronas). Estás conexiones son dinámicas y variables, lo cual explicaría la capacidad de aprendizaje y los cambios de conducta, tanto como un proceso natural, como con ayuda de una intervención terapéutica. Estos acontecimientos, que hacen que nuestro cerebro se adapte, cambie o funcione de otro modo, dependiendo de los procesos de interconexión neuronal, se conoce con el nombre de plasticidad cerebral o neuroplasticidad, que, aunque es mucho más relevante en edades tempranas de la vida, no es desdeñable en la edad adulta, por ejemplo, la experiencia en múltiples áreas del conocimiento humano, el estudio y el aprendizaje son mecanismos que cambian nuestra manera de actuar, trabajar, etc., y, por qué no, nuestra manera de hablar.