jueves, 22 de mayo de 2008

¿SE CURA LA TARTAMUDEZ?

María Cristina Peyrone es Fonoaudióloga y Psicóloga Social, también es profesora en la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) y secretaria regional de la Asociación Iberoamericana de Tartamudez. María Cristina hace un complicada pregunta a varias personas que estamos implicadas en este tema. Mi contestación es la siguiente:

¿Se cura la tartamudez?

La pregunta no es sencilla. Habría que distinguir entre los distintos tipos de tartamudez: Infantil (con sus diferentes grados), del desarrollo, psicológica o neurogénica, etc.

Entendiendo que la pregunta se refiere a la tartamudez del desarrollo en el adulto, mi opinión es que no se cura, aunque puede mejorar, tanto en su sintomatología, como en sus consecuencias psicológicas y sociales.

Según el Diccionario de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) Curar es:

Aplicar con éxito a un paciente los remedios correspondientes a la remisión de una lesión o dolencia.

Según esta definición la tartamudez del adulto no se cura. Entendiendo por tartamudez del adulto aquella que comienza en la niñez (por lo general a una edad temprana) y que no está debida a ninguna otra patología, lo que los anglosajones llaman “Persistent Developmental Stuttering” y lo que en algunos círculos hispanohablantes lo denominamos como Tartamudez del desarrollo.

Me baso en afirmar que la tartamudez del adulto no se cura en que:

Tiene un componente genético diferente al que existe en la tartamudez infantil recuperable (Yairi).

Existen unas diferencias funcionales cerebrales (según varios estudios) con respecto a controles sanos.

Hay unas diferencias estructurales cerebrales (también avaladas por múltiples estudios) con respecto a pares normofluidos.

A lo largo de la historia se han propuesto muchos y diferentes tipos de tratamientos que, aunque (algunos, muy pocos) hagan que desaparezca la “parte visible de la tartamudez”, no hacen que desaparezca la “invisible”, lo que se conoce como la parte sumergida del Iceberg de Sheehan.

Hoy en día no se conoce ni la causa, ni un tratamiento eficaz, efectivo y eficiente de la tartamudez del desarrollo en el adulto. Sin saber la causa (o causas) es muy difícil hacer un tratamiento estandarizado, protocolizado, consensuado y curativo.

A través de asociaciones, grupos de autoayuda, conferencias en centros de enseñanza, diversos colectivos y en mi ejercicio profesional como médico de familia he conocido muchos tartamudos adultos y pocos, muy pocos, se atreven a decir que su tartamudez está curada. Las opiniones a este respecto de los profesionales que se dedican al tratamiento de la tartamudez y, por supuesto, la bibliografía consultada, opinan de la misma manera. Todo esto me hace tener una sospecha, bastante evidente, de que en la tartamudez del adulto no existen “los remedios correspondientes a la remisión de esta lesión o dolencia.”