viernes, 4 de febrero de 2011

PANDAS Y TARTAMUDEZ



Se ha publicado (Ann Clin Psychiatry. 2010 Nov;22(4):283-4) un pequeño trabajo, firmado por Maguire en el que se describe el caso de un niño de seis años que empezó a tartamudear después de un episodio de infección estreptocócica documentada.

Comenté el caso con el Dr. Blanco Joglar (pediatra, amigo, compañero y hombre sabio) el cual me informó de la más que posible relación de la tartamudez con lo que, cada vez con menos controversias, se conoce como PANDAS.

Dr. Juan Blanco Joglar

Se entiende por PANDAS (Pediatric Autoimmune Neuropsychiatric Disorders Associated with Streptococci) aquellas enfermedades pediátricas caracterizadas por la aparición de síntomas neurológicos como son: tics, movimientos involuntarios o trastornos psiquiátricos tipo obsesivos-compulsivos que resultan de una respuesta autoinmune a la infección estreptocócica. En la causa de estas afecciones neurológicas (aunque hoy en día aun hay controversias), existe una predisposición individual y se ha asociado a infecciones producidas por estreptococos betahemoliticos del grupo A, lo cual genera autoanticuerpos contra ciertas estructuras cerebrales. Este trastorno lo comunicaron hace más de 20 años Kondo y Kabasawa en un paciente japonés de 11 años, que presentó de forma súbita tics motores y vocales indistinguibles del síndrome de Tourette. Posteriormente se han realizado trabajos de los que se desprende que un 10% de los pacientes con tics o movimientos anormales pueden ser diagnosticados de PANDAS (ya que tuvieron una infección previa por estreptococo).

Sin embargo, no todos los pacientes que tuvieron una infección por estreptococo desarrollaron PANDAS, lo cual indujo a pensar que había algún factor individual que ayudaba al desarrollo de este tipo de enfermedades. Zabriskie y sus colaboradores, desarrollaron un panel de anticuerpos y llegaron a la conclusión de que los pacientes con Fiebre Reumática (enfermedad ocasionada por estreptococos) portaban un antígeno llamado D8/17 en un 30% de los linfocitos circulantes frente al 10% de los sujetos que no desarrollaron un fiebre reumática. Esto se ha relacionado con una predisposición genética a desarrollar este tipo de enfermedades. Mas tarde en otros estudios, se ha podido comprobar que los niños que desarrollan PANDAS, tienen, también un mayor porcentaje de D8/17 que los niños que no desarrollaban la enfermedad. También se ha demostrado en pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo y en Síndrome de Tourette la presencia de anticuerpos antineuronales en los ganglios basales.

La tartamudez en el caso que describe Maguire empezó un mes después de la aparición de la infección estreptocócica que no fue tratada con antibióticos por decisión de los padres. A los cinco meses el niño seguía tartamudeando y los títulos de antiestreptolisina seguían altos. Se trató con un antibiótico (Amoxicilina/Clavulánico) durante 10 días. A las dos semanas del tratamiento el niño dejó de tartamudear y seis meses después sigue sin hacerlo.

Viendo este caso, y aunque hasta la fecha no existían evidencias de que la tartamudez pudiera englobarse dentro de los “PANDAS”, es posible que así sea y que el intrincado puzzle que conforma la tartamudez (Van Riper), tenga una pieza más, bien colocada.

Fernando Cuesta Momblona