viernes, 27 de noviembre de 2009

El miedo a ser descubiertos




Una de las características de la tartamudez es que se necesitan al menos dos personas para tartamudear. La tartamudez es, por lo tanto, un problema de comunicación verbal. Cuando observamos que nuestro discurso se va a ver interrumpido por un momento de tartamudez tratamos por todos los medios de evitar que esto suceda y que nuestro interlocutor pueda percibir nuestra manera de hablar. Nuestra lucha es desigual, por mucho que nos esforcemos, y siempre dependiendo del tipo y el grado de tartamudez, nuestro destino está claro: tartamudearemos.

Todos los mecanismos que nuestro cerebro pone en marcha para no tartamudear, son síntomas de tartamudez. Cuando alguien no quiere ser “descubierto” empleará interjecciones, circunloquios, silencios, hará gestos o movimientos extraños y el final será siempre el mismo: tartamudearemos.

El miedo a ser descubierto es debido al concepto que la sociedad tiene del tartamudo. En este mismo procesador de texto que estoy utilizando, he buscado los sinónimos de la palabra tartamudo, a saber:

- Entrecortado
- Azorado
- Nervioso
- Trabado
- Apabullado
- Ofuscado
- Vacilante
- Inseguro
- Dificultoso
- Premioso

Mi programa piensa todo eso de mi y me imagino que la sociedad, que es un poco más cruel, pensará cosas peores aun.

Creo que no tenemos que tener miedo a ser descubiertos, es una trampa (erróneamente defensiva) que nuestro cerebro nos pone y en la que caemos habitualmente.

La sociedad tiende a asumir que nuestra diferente manera de expresarnos es algo negativo y eso tiene que cambiar. Tendría que ser el propio tartamudo el que acepte que ser descubierto no es malo, la tartamudez es involuntaria y los esfuerzos que hacemos por no mostrarla retroalimenta nuestra tartamudez haciéndola más protagonista. Apoderémonos de nuestros miedos y dignifiquémoslos.